sábado, 25 de septiembre de 2010

el cocinero

Paz, Amor y Luz. Al servicio de Dios. Somos Uno
24-09-2010
En la cocina.

Fray Juan, era el encargado de pelar las patatas. Fray Antonio, era el cocinero. Un día Fray Antonio preocupado porque no llegaban las patatas fue a preguntar a Fray Juan que pasaba:
-¿Hermano, te encuentras mal hoy que no has terminado de pelar las patatas?
-¡Oh, no! Hoy estoy clasificando las patatas. Las pequeñas por un lado, las medianas, y las grandes por otro.
-Hermano Juan por caridad, no se demore en su tarea, pronto vendrán los hermanos a comer.
Ah hermano, hoy toca puré.

Os damos este cuento para que saquéis vuestras propias enseñanzas.

SOBRE LA LUCHA

Amados hermanos nunca luchéis, pues si la fuerza es menor, saldréis victoriosos, sin embargo siempre acabareis encontrándoos con una fuerza mayor que os derrotará.
Cuando se os incite a la lucha ceded y retiraros, el otro pensará que os ha vencido sin embargo, no hay vencedor sino hay derrota ni lucha, y vosotros no habréis luchado ni estaréis derrotados y toda vuestra energía estará en su punto álgido sin haber sacrificado una sola de vuestras pestañas.
Luchar es uno de los ejercicios más agotadores que podéis realizar y es no haber comprendido la unidad.
Todos somos Uno y sólo la ignorancia ve en el otro un enemigo, la sabiduría siempre ama y sabe ceder y retirarse a tiempo.
Sin contrincante no hay enemigo, sin batalla no hay vencedor ni vencido. El que no lucha está en paz y es el que ha ganado el valor más preciado la paz y lo ha hecho con amor.
Sabes que algo no es correcto cuando lo que tu haces no te gustaría que te lo hiciesen a ti, es así de sencillo, no obstante quien se empeña en luchar tarde o temprano se topará con una fuerza mayor, que al final hará comprender lo inútil de toda lucha y la sabiduría del amor y la paz llevadas a la acción.
Cobarde no es el que se retira, cobarde es aquel que lucha y se deja llevar por el poder.
Fama, dinero, poder son las tres distracciones de un ser de luz que os alejarán de vuestra esencia y os llevarán a la inercia y al abuso. Y eso no es lo que un ser de luz debe hacer, sólo aquellos que no veáis la unicidad de las cosas, sólo aquellos que estáis sumidos en la ignorancia, series osados y lucharéis.
Un ser de luz es manso y humilde como un cordero, pues sabe que cuando lucha, lucha consigo mismo y esto le entristece.
Es por ello que si escucháis vuestro corazón, veréis que simplemente la idea de luchar, os roba vuestra energía, vuestra alegría y el sentido de ser quienes sois.

Al servicio de Dios somos uno.

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