lunes, 27 de diciembre de 2010

poesia

Caminando, caminando.


Caminando, caminando,
Desnudo estaba,
El sol mi piel bronceaba.
Oí un pájaro y me alegré,
En su trino estabas,
Yo te escuche.
Caminando, caminando,
Un arroyuelo encontré,
Me lave las manos, remoje mis pies,
En el agua fresca yo te sentí,
Refresque mi cara y sonreí.
Caminando, caminando
Vi un peral, deliciosas peras,
¡Que buen manjar!,
Delicioso sabor, allí estabas
En las peras y en las ramas,
En el tronco y en la raíz,
Seguí caminando era feliz.
Caminando, caminando,
Rosas olí,
Me detuve un momento, un momento allí.
Inspire un poco ese dulce aroma,
Mire al cielo vi una paloma,
Esta vez de nuevo, yo te sentí,
En el dulce aroma, en mi nariz,
En el alto vuelo de la paloma,
Te observé de nuevo, hoy sentí tu aroma.
Caminando, caminando,
Baje al valle,
¿Dónde vas desnudo? Me dijo el alcalde.
Este traje es de lo mejor,
Lo ha facturado el mismo Dios.
Dios me lo hizo y es todo de piel,
No he encontrado otro, que siente tan bien.
Al señor alcalde le dio la risa,
Se quito el pantalón y también la camisa.
Se tumbó al sol y le dio el aire,
Se olvidó que era el señor alcalde.
Respiró profundo, respiró en calma,
Y por fin a Dios encontró su alma.

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